La década de los sesentas es sin duda una de las épocas más recordadas del pasado siglo XX. La brutal guerra de Vietnam, el racismo, y otros factores, marcaron el nacimiento de un sinnúmero de movimientos sociales contraculturales, entre ellos, el más importante fue el movimiento hippie, el cual se extendió por todo el mundo con su originalidad e
ideas progresistas.
Los hippies nacieron como una contracultura muy influyente en los países más desarrollados, marcando verdaderas revoluciones que en la actualidad son todavía recordadas.
Pero, ¿qué es contracultura?
Bruce J. Cohen define al término contracultura de la siguiente manera: “Una contracultura está compuesta por grupos que desafían y rechazan duramente las normas de la cultura dominante”. Es decir son grupos que no se sienten a gusto con el sistema que los rige y tratan de cambiarlo; se los conoce en la sociedad como anarquistas, contestatarios, rebeldes y hasta revolucionarios.
Make love not war
Al grito de “haz el amor y no la guerra”, realmente espeluznaron a las sociedades conservadores de aquel entonces. Para ellos no había mitos ni tabúes, nada era prohibido, simplemente hacían lo que querían, aunque este exceso de auto libertad haya provocado que las drogas se hayan convertido en parte de su identidad.
Las primeras comunidades se formaron en 1964. Los medios de comunicación al descubrir la novedad provocaron un gran revuelo internacional. La sociedad escandalizada rechazó y criticó a este grupo de jóvenes no aceptando la forma de vida que llevaban, la ropa estrafalaria llena de colores, el pelo largo y su discurso crítico, político y pacifista.
Se distinguían por su aspecto descuidado, con su vestimenta de colores psicodélicos, sus cabellos largos y sus adornos tomados de la cultura africana. Ellos estaban hartos de tanta formalidad, hartos de seguir al pie de la letra una rutina diaria que se les imponían los adultos. Esta filosofía llevó a que, cada vez tuvieran más y más seguidores
Una de las características de los “cabellos largos”, era su pasión por el medio ambiente. Con frecuencia se podía ver a un hippie analizando detenidamente las hojas de un árbol o acariciando un frutal. Es así que, la flor se convirtió en su símbolo recibiendo el calificativo de: “los hijos de las flores”. Sin ser un movimiento político, muchos de los hippies tomaron la filosofía de Jean Paul Sartre, Herbert Marcuse y Carlos Marx como su cimiento político, auto denominándose la “Nueva Izquierda”, detestando la propiedad privada, el machismo, el racismo, el dinero y, aunque no tenían como convicción ayudar a los oprimidos, sí realizaban frecuentemente obras sociales sin pedir remuneración alguna.
Algunos hippies, convencidos de la filosofía que predicaron, huyeron de la miseria y opresión de las grandes ciudades, hacia bosques en las afueras, en donde fundaron comunas en las cuales su sistema político era el comunismo primitivo. Habían vuelto a sus raíces, eran los nuevos colonos. Sus refugios eran pequeñas casuchas de adobe o simplemente tipos; eso no les importaba, vivían de y para la naturaleza.
Su sistema organizativo fue envidiable. Cada persona realizaba una labor y un trabajo diferente, la propiedad privada era casi una especie en peligro de extinción y toda la comuna era concebida como una familia, tanto así que, los hijos eran criados por todos. El consumo de droga fue menor y menos aceptado, pero la poligamia era muchas veces aceptada. La espiritualidad llegó a ser su esencia y tomaron algunos de los valores más importantes de las religiones de Oriente como el hinduismo, budismo Zen. y hasta de la
cultura africana.
Este video representa como se comportaban los hippies y un poco de la musica que escuchaban y que los motivaba
cultura africana.
Este video representa como se comportaban los hippies y un poco de la musica que escuchaban y que los motivaba